Reproducimos obras de arte con la mayor calidad de imagen, sin importar el tamaño o textura. Siempre manteniendo el cuidado total de la obra consiguiendo la iluminación, color y proporción fielmente a la original.

Realizamos trabajos en cualquier localización ya sean museos, galerías de arte edificios públicos y religiosos adaptándonos a la ubicación de las obras y a las necesidades de nuestros clientes.

Conseguir una iluminación homogénea y eliminar cualquier tipo de brillo o reflejo generado por la pintura al óleo en el caso de las obras pictóricas, o los brillos y reflejos generados por los barnices y materiales empleados al realizar una escultura, así como eludir las sombras, son factores que determinarán si la fotografía ha sido bien ejecutada o no.

También hay que tener en cuenta todo lo relativo a la posproducción y manipulación digital que sigue a la toma de la fotografía, en este aspecto, siempre trabajo la captura de la imagen en base a ese proceso que completa el acabado final de la foto.

La fotografía de obras de arte tiene como objetivo reflejar de manera fiel la pieza original, sin modificar o intervenir en su naturaleza lo más mínimo.

En primer lugar, es imprescindible contar con equipos correctamente calibrados que reproduzcan el color fielmente. A menudo el equipo profesional que viene calibrado de fábrica, no está pensado para la fotografía de arte y los colores son muy vivos y llamativos.

Esto es especialmente relevante cuando se desea llevar a cabo una impresión Giclée, ya que una buena toma resaltará todos los detalles y tonos originales, resultando en una edición de mayor calidad que en muchas en ocasiones, es indistinguible del original.

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